Rutina de Primavera-Verano
Con la llegada de la primavera, después de meses de frío, la piel puede sentirse más seca y sensible. El aumento de la temperatura y las horas de luz incrementa la producción de sebo. Esto, combinado con una mayor exposición al sol, hace que la piel sea más vulnerable, pudiendo alterar la barrera cutánea. Por lo tanto, es esencial adaptar tu rutina de cuidado de la piel para mantenerla sana y radiante.
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Limpieza
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Tratar
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Cuidar
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Proteger
1Limpieza
Las altas temperaturas y el aumento de la exposición solar hacen que la piel acumule impurezas fácilmente. La limpieza se convierte, por lo tanto, en un paso clave para mantener la piel fresca y saludable.
Opta por limpiadores en gel suaves que eliminen las impurezas sin resecar la piel ni alterar su equilibrio natural. Ingredientes como la niacinamida ayudarán a regular el exceso de sebo y mejorar la textura de la piel.
La exfoliación suave una vez a la semana promueve la renovación celular, previene la acumulación de células muertas y mejora la luminosidad de la piel.
2Tratar
Durante los meses más cálidos, la piel necesita hidratación que no se sienta pesada, junto con una dosis extra de antioxidantes para combatir el daño solar y los radicales libres.
Un sérum con ácido hialurónico será tu mejor aliado para proporcionar hidratación profunda sin sobrecargar la piel, mientras que la vitamina C aumentará la luminosidad y protegerá contra el estrés oxidativo causado por la radiación UV.
Aplica 3 o 4 gotas sobre la piel limpia, por la mañana y por la noche antes de tu crema habitual, para mantener el rostro hidratado, uniforme y lleno de vitalidad.
3Cuidar
En primavera y verano, la piel tiende a acumular más impurezas y a saturarse más, por lo que es recomendable usar cremas con texturas ligeras y de rápida absorción. Busca fórmulas con ácido hialurónico, que hidraten intensamente sin sentirse pesadas o grasosas.
Recuerda que la piel de cada persona es única, por lo que lo más importante es observar tu piel y ajustar tu rutina según las necesidades específicas de tu piel durante los meses más cálidos. Si tienes tendencia a la piel grasa, elige fórmulas sin aceite que aporten agua sin exceso de lípidos, ayudando a mantener la piel equilibrada y cómoda.
4Proteger
En primavera y verano, la exposición a los rayos UV es más intensa, por lo que la protección solar se convierte en el paso más importante del ritual.
Elige un protector solar de amplio espectro con SPF 50+, con una textura ligera y de rápida absorción, ideal para el uso diario. Además, no olvides reaplicar cada 2-3 horas, especialmente si pasas tiempo al aire libre. Incluir este paso en tu rutina diaria es esencial para mantener la salud de la piel y disfrutar del sol de manera segura, evitando la aparición de manchas en la piel y signos de envejecimiento prematuro.
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